No todos los días se ve una reacción así: Sporting Cristal, con el agua al cuello tras dos derrotas, fue hasta Asunción y rescató un empate 2-2 ante Cerro Porteño, uno de esos equipos duros de local —y más aún en Libertadores—, el pasado 24 de abril de 2025. Rafael Lutiger, casi en el cierre, selló un punto que les sabe a gloria y les da aire en el grupo.
La presión estaba del lado celeste: venían de perder ante Palmeiras y Bolívar. El ambiente en el Estadio General Pablo Rojas —más conocido como La Nueva Olla— fue intenso desde el inicio, con unos 45,000 paraguayos entregados a la causa local. Cerro Porteño, con solo una derrota en sus anteriores 10 partidos en casa, olía la oportunidad perfecta para consolidarse y tumbar a un Sporting Cristal golpeado… pero el fútbol nunca es tan predecible.
Cerro Porteño arrancó enchufado, dominando la posesión y metiendo al conjunto peruano contra su arco, algo habitual en su fortín. La apertura del marcador llegó temprano y parecía que tendrían una noche cómoda. Pero los limeños, lejos de resignarse, se lanzaron de contra golpe, cortando con la inercia y metiendo presión a cada oportunidad.
La transmisión estuvo a la altura del evento: tanto ESPN como Disney+ llevaron las emociones a los hogares de Perú y Paraguay, con repeticiones y análisis en tiempo real que no escatimaron en polémica. De hecho, hubo reclamos de ambos lados por la intensidad y la cantidad de faltas en medio campo, pero el espectáculo superó cualquier queja.
Este empate, además de frenar la mala racha de Cristal, le sirve al grupo: ahora los peruanos evitan quedar descolgados y suman motivos para creer en la clasificación. A Cerro Porteño, el resultado no le quita del todo la sonrisa —sigue con opciones claras— pero sí le recuerda que en la Libertadores nadie puede confiarse por jugar en casa.
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