Si alguna vez viste una foto de un atleta en los Juegos y te llamó la atención ese papel blanco bajo el brazo, ese es el diploma olímpico. No es una medalla, pero tiene mucho peso para quien lo recibe.
El diploma olímpico es el reconocimiento oficial que la Organización Olímpica otorga a los ocho mejores atletas de cada disciplina: los que se ubican del cuarto al octavo puesto. Cada uno recibe un certificado impreso en papel de alta calidad, firmado por el presidente del COI y el director del evento.
En muchos países, incluido Chile, este documento se considera un logro de gran relevancia. Es la prueba tangible de que un deportista estuvo entre los mejores del mundo, aunque no haya subido al podio.
El diploma se entrega en la ceremonia de cierre de los Juegos, justo después de la entrega de medallas. Los comités olímpicos nacionales suelen organizar una pequeña ceremonia local para que los atletas reciban el documento en su país.
Tener un diploma olímpico abre puertas. Los deportistas pueden usarlo para solicitar becas, patrocinadores o incluso empleos dentro del deporte. En Chile, el Ministerio del Deporte reconoce a los diplomados con incentivos económicos y apoyo a la preparación para futuros eventos.
Además, el diploma sirve como inspiración para la próxima generación. Cuando un joven ve a un compatriota con ese papel, entiende que el camino al éxito no siempre pasa por la medalla, pero sí por la constancia y el esfuerzo.
En la práctica, el proceso es sencillo: al terminar la competición, los resultados oficiales se publican, y el COI genera los diplomas para los atletas clasificados del cuarto al octavo lugar. Cada deporte tiene su propio diseño y número de serie.
Los diplomas también tienen valor histórico. Algunos están firmados por figuras icónicas como el presidente del COI Thomas Bach o el legado de los Juegos anteriores, lo que los convierte en objetos de colección.
Para los atletas que ya tienen medallas, el diploma es un complemento que refleja la profundidad de su desempeño. Para los que están cerca de la medalla, es una señal de que están en la línea de llegada y que con pequeños ajustes pueden alcanzar el podio.
Si eres periodista deportivo, incluir la mención del diploma olímpico en tus notas le da mayor peso a la historia del atleta. En los medios chilenos, es común resaltar cuándo un deportista obtiene su primer diploma olímpico, ya que marca un hito en su carrera.
En resumen, el diploma olímpico es más que un papel: es un reconocimiento internacional, una herramienta de desarrollo profesional y una fuente de inspiración para toda la comunidad deportiva.
Así que la próxima vez que veas esa hoja bajo el brazo de un atleta, sabrás que representa años de entrenamiento, sacrificio y la certeza de estar entre los mejores del planeta.
Joaquín Niemann, destacado representante de Chile, logró una actuación histórica en los Juegos Olímpicos de París 2024. Con un desempeño excepcional, Niemann se quedó a un paso de obtener el diploma olímpico, un reconocimiento reservado para los ocho mejores atletas de cada competencia.
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