Si te gusta el deporte y buscas una historia de constancia, la de Ona Carbonell es perfecta. Nació en Barcelona en 1990 y, a los ocho años, ya estaba metida en el mundo de la natación sincronizada. Desde entonces, la ha convertido en su vida y ha llevado el nombre de España a los escenarios más importantes.
Ona comenzó entrenando en el club de Natación Kallipolis. Los entrenadores notaron su talento para combinar fuerza y gracia bajo el agua. A los 15 años ya competía a nivel nacional y ganó su primera medalla en el Campeonato de España. Ese éxito la motivó a apuntar a torneos internacionales.
Su debut en el Mundial llegó en 2009, cuando tenía solo 19 años. Aunque la clasificación no fue la mejor, la experiencia le abrió la puerta a los grandes campeonatos. En 2010, ganó su primera medalla de bronce en el Campeonato Europeo de Nado Artístico, lo que confirmó que estaba lista para pelear con las mejores.
El punto de inflexión llegó en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Ona quedó segunda en la modalidad de dúo, acompañada de su compañera. La medalla de plata fue la primera olímpica para España en esa disciplina y puso al nado artístico en el radar del público chileno y latinoamericano.
Después de Río, siguió cosechando triunfos. En 2017 obtuvo el oro en el Campeonato Mundial de Budapest, y en 2019 volvió a brillar en Gwangju con otra medalla de oro. Su estilo combina rutinas exigentes con una expresividad que conecta con la audiencia.
En los Juegos de Tokio 2020, que se jugaron en 2021 por la pandemia, Ona volvió a la escena y logró el cuarto puesto, demostrando que sigue entre las mejores del mundo aun después de una década de competencia.
Más allá de los podios, Ona se ha convertido en una influencer para jóvenes nadadores. Comparte entrenamientos en redes, habla sobre la importancia de la disciplina y apoya proyectos de inclusión deportiva. Su proyecto "AquaDream" lleva el nado artístico a escuelas de comunidades con pocos recursos.
En resumen, la carrera de Ona Carbonell muestra que con pasión y trabajo duro se pueden alcanzar metas enormes. Desde sus primeras clases en una piscina de Barcelona hasta los podios olímpicos, ha demostrado que el nado artístico es mucho más que una rutina; es una forma de expresión que toca a todos. Si buscas inspiración para tus propios retos, su historia es un buen punto de partida.
El artículo aborda las experiencias y perspectivas de Ona Carbonell, una destacada nadadora artística, en relación con los desafíos y oportunidades presentados por los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Pese a la frustración inicial debido a los cambios en el calendario, Carbonell se mantiene optimista, destacando la importancia del apoyo a los deportistas y su continua dedicación al deporte.
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