Si alguna vez has escuchado la palabra “simulacro electoral” y te has preguntado de qué va, estás en el lugar correcto. Aquí te explicamos de forma clara qué es, por qué se hace y cómo puedes estar al tanto de estos ejercicios que buscan que las elecciones sean más seguras.
Un simulacro electoral es un ensayo de todo el proceso de votación, pero sin elecciones reales. Se reparte el mismo material que se usaría el día de la votación –actas, urnas, boletas impresas– y se prueba cada paso: la llegada de los ciudadanos a la mesa, la identificación, el marcaje de la boleta y el cierre de la urna.
El objetivo principal es detectar fallas técnicas o logísticas antes de que el país vaya a las urnas. Por ejemplo, se verifica si los equipos de cómputo de la servel (Servicio Electoral) funcionan, si los transportes de materiales llegan a tiempo o si los protocolos de seguridad son claros para el personal.
En Chile, el simulacro se realiza típicamente dos meses antes de la elección presidencial o parlamentaria. La Servel convoca a funcionarios, observadores y, en algunos casos, a ciudadanos voluntarios para que actúen como votantes. Así se crea una “cómic” de la jornada real y se pueden corregir errores sin que afecten a los electores reales.
Participar en un simulacro no es obligatorio, pero es una oportunidad de colaborar con la democracia. Si eres parte de una junta electoral, te pueden asignar tareas específicas como revisar la identificación del votante o contar los votos. Si eres ciudadano, puedes estar atento a los comunicados de la Servel y ofrecerte como voluntario en tu comuna.
Tu aporte ayuda a que el día de la elección todo fluya sin contratiempos. Imagina que una urna tiene un problema de cierre y los votos se pierden; el simulacro evita que eso pase en la vida real. Además, al practicar se reduce el estrés de los funcionarios, quienes ya saben qué hacer ante imprevistos.
Otro beneficio es la confianza del público. Cuando la gente sabe que se hicieron pruebas exhaustivas, se siente más segura al acudir a votar. Los medios suelen cubrir estos simulacros y resaltan los ajustes que se hacen, lo que genera mayor transparencia.
En los últimos años, Chile ha usado simulacros para probar nuevas tecnologías, como el voto electrónico en algunas comunas piloto. Los resultados de esos ensayos permiten decidir si se implementan a nivel nacional o se hacen cambios.
En resumen, el simulacro electoral es una herramienta esencial para garantizar que las elecciones se realicen sin sobresaltos. Si quieres estar al día, suscríbete a los boletines de la Servel o sigue sus redes sociales; ahí anuncian fechas y formas de participar.
Recuerda que una democracia fuerte depende de pequeños detalles que se pulen antes del día D. Así que la próxima vez que oigas “simulacro electoral”, ya sabes que es una práctica que protege tu voto y la credibilidad del proceso electoral.
Venezuela ha llevado a cabo un simulacro electoral previo a las elecciones presidenciales programadas para el 28 de julio. Esta prueba buscó evaluar el sistema electoral y solucionar posibles problemas antes de la votación real. El Consejo Nacional Electoral (CNE) supervisó el ejercicio, que incluyó la participación de partidos políticos y funcionarios electorales.
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