Si alguna vez te preguntaste por qué Italia siempre tiene presencia en los grandes escenarios del tenis, la respuesta está en una mezcla de tradición, talento y torneos que atraen a los mejores del mundo. En los últimos años, la Italia ha producido jugadores que compiten en los cuatro Grand Slam y ha sido sede de eventos que marcan tendencia.
Todo empezó en los años 50 y 60, cuando las pistas de arcilla de Roma y Florencia se convirtieron en el punto de encuentro de los ídolos europeos. Los primeros ídolos, como Nicola Pietrangeli, dejaron su huella ganando dos veces el Abierto de Francia y llevando a Italia a la final de la Davis Cup en 1976.
Hoy la cara del tenis italiano se reconoce al instante. Jannik Sinner, nacido en 2001, es el chico prodigio que ha roto barreras: llegó a semifinales de Wimbledon y al top 10 del ranking mundial antes de los 22 años. Su juego agresivo y su capacidad para cambiar de ritmo lo hacen temido en cualquier superficie.
Junto a él, Emma Raducanu (aunque representa a Gran Bretaña, su entrenamiento en Italia la conecta con la escena local) y Flavio Cobolli están dejando su marca en el circuito ATP. En la rama femenina, Jil Teichmann, aunque su nacionalidad es suiza, entrena con varios italianos y ha impulsado la visibilidad del tenis femenino en los torneos de la península.
El Internazionali BNL d'Italia, conocido como el Masters de Roma, es uno de los torneos más importantes fuera de los Grand Slam. Cada mayo, los mejores jugadores se reúnen en la pista central del Foro Italico para pelear puntos de Masters 1000. Ver este torneo te permite anticipar el rendimiento de los tenistas en el Roland Garros.
Otro evento destacado es el ATP Challenger de Biella, que sirve de plataforma para jóvenes talentos como Sinner antes de su salto a la élite. Si te gusta descubrir futuros cracks, sigue este certamen.
En la categoría femenina, el WTA 250 de Bari ha ganado relevancia, atrayendo a jugadoras de ranking medio‑alto que buscan puntos antes del circuito de tierra del verano.
La Davis Cup también tiene su propio sabor italiano. Cada año, el equipo nacional, liderado por Sinner y otros jugadores emergentes, compite con la pasión de una afición que vibra en cada punto. Los partidos se transmiten en TV abierta y por streaming, lo que facilita seguirlos desde casa.
Para los aficionados que prefieren el tenis amateur, los clubes de Florencia y Milán organizan ligas locales y torneos de verano abiertos al público. Participar o simplemente asistir a estos encuentros permite vivir el tenis al estilo italiano: comida, vino y buen juego.
Si te interesa seguir de cerca las novedades, las redes sociales de la Federazione Italiana Tennis ofrecen actualizaciones diarias, videos de entrenamientos y entrevistas exclusivas. Sus canales en Instagram y YouTube son una excelente forma de estar al día sin perderte nada.
En resumen, el tenis italiano combina una rica historia con una generación joven que promete seguir rompiendo récords. Desde el Masters de Roma hasta los torneos Challenger, hay siempre algo que ver y comentar. Así que la próxima vez que busques una buena razón para encender la TV, piensa en Italia: el tenis allí nunca decepciona.
Lorenzo Musetti ha llegado a las semifinales de Wimbledon por primera vez, venciendo a Taylor Fritz en un emocionante enfrentamiento de cinco sets. Esta hazaña lo convierte en el cuarto italiano en alcanzar esta fase en un Grand Slam en la era moderna. Ahora enfrentará a Novak Djokovic tras la retirada de Alex de Minaur debido a una lesión en la cadera.
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