El 28 de marzo de 2025 un terremoto de magnitud 7,7 golpeó el centro de Myanmar, concentrándose en la provincia de Sagaing. Según el Centro de Alerta de Sismos de la Universidad de Columbia, el sismo alcanzó una profundidad de 15 kilómetros, lo que intensificó su destructividad. Las estimaciones preliminares indican más de 1.500 fallecidos y decenas de miles de heridos, con cientos de edificios colapsados, incluyendo hospitales y escuelas.
Las autoridades locales declararon estado de emergencia y activaron protocolos de rescate, pero la complicada situación política del país ha entorpecido la coordinación de ayuda. Organizaciones no gubernamentales internacionales, como la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras, han enviado equipos de búsqueda y suministros médicos, aunque el acceso a áreas remotas sigue siendo difícil.
En medio de la crisis, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela emitió un comunicado oficial expresando su profunda solidaridad con el pueblo de Myanmar. El mensaje, firmado por el canciller Carlos Eduardo Gómez, resaltó la “fraternidad entre los pueblos latinoamericanos y asiáticos” y lamentó la pérdida de vidas y la destrucción de infraestructuras.
El comunicado también anunció la disposición del Gobierno venezolano a colaborar con agencias internacionales para canalizar ayuda humanitaria. Entre las medidas propuestas se encuentran:
Esta postura se alinea con la política exterior de Venezuela, que históricamente ha defendido la soberanía de los Estados y ha ofrecido asistencia a naciones en situaciones de vulnerabilidad, sin importar la distancia. Expertos en relaciones internacionales señalan que el gesto también busca reforzar alianzas bilaterales y contrarrestar la influencia de potencias occidentales en la región.
En la práctica, la logística de trasladar ayuda desde Caracas a Yangon presenta retos significativos: la falta de vuelos directos, el control de sanciones internacionales sobre Venezuela y la compleja situación de seguridad en Myanmar dificultan una respuesta rápida. Sin embargo, el Gobierno ha mencionado que trabajará en conjunto con países aliados y organizaciones multilaterales para superar estos obstáculos.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue monitoreando la evolución del desastre. La ONU ha pedido a los países miembros que incrementen los recursos destinados a la ayuda de emergencia en Myanmar, y varios gobiernos han anunciado paquetes de asistencia económica y técnica.
La solidaridad expresada por Venezuela, aunque simbólica, destaca la importancia de la cooperación solidaria entre naciones frente a catástrofes naturales. La efectividad de la ayuda dependerá de la coordinación entre gobiernos, ONGs y organismos internacionales, así como de la rapidez con que se superen los retos logísticos y políticos que se presentan.
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