El domingo 8 de septiembre de 2024, se llevó a cabo la tradicional romería al Cementerio General en Recoleta, Santiago, un evento significativo en el calendario chileno, destinado a honrar la memoria de las víctimas de la dictadura militar. La jornada comenzó temprano, con participantes reuniéndose alrededor de las 10:00 AM, mientras que las restricciones de tráfico fueron implementadas desde las 8:00 AM hasta aproximadamente las 15:00 horas. Sin embargo, lo que debería haber sido un día de solemne recordación se vio perturbado por varios incidentes de desorden público.
La romería, un evento que ha vivido en la memoria colectiva chilena durante décadas, estaba destinada a ser una ocasión de reflexión y respeto. No obstante, desde su inicio en la Plaza Los Héroes, ya se implementaron una serie de restricciones de tráfico, con calles cerradas y desvíos que marcaban el ambiente de la jornada. Estas medidas se tomaron en previsión de los desórdenes, que desafortunadamente, se hicieron realidad a medida que avanzaba el evento. Incidentes de violencia comenzaron a surgir en las primeras horas, cuando grupos de encapuchados aparecieron en las cercanías de la Plaza Los Héroes.
Los Carabineros, encargados de mantener el orden durante la romería, reportaron varios actos vandálicos, incluyendo el lanzamiento de objetos contundentes y pintura hacia el Palacio de La Moneda. Este tipo de ataques no solo alteraron la paz del evento, sino que también provocaron el cierre de importantes estaciones de metro como Moneda, Patronato, Cerro Blanco, y Cementerios. La situación en el centro de la ciudad se volvió caótica, con los oficinistas y transeúntes tratando de evitar las áreas afectadas, aumentando el desconcierto y la confusión.
Durante la manifestación, los Carabineros detuvieron a 23 individuos, con infracciones que iban desde posesión de cócteles molotov hasta órdenes de arresto pendientes. Dos personas fueron arrestadas en la intersección de Alameda con Cienfuegos por llevar objetos destinados a causar disturbios. Además, otro grupo de encapuchados protagonizó actos vandálicos en locales comerciales y arrojó objetos en la intersección de Agustinas con San Antonio. Estos incidentes reflejan un patrón de violencia que desafortunadamente se ha vuelto común en eventos de esta naturaleza.
Gonzalo Durán, delegado presidencial de la Región Metropolitana, señaló que los desórdenes en el centro de la ciudad fueron relativamente menores, especialmente en los alrededores de La Moneda. No obstante, la presencia policial se mantuvo fuerte durante toda la jornada para garantizar que la situación no se saliera de control. El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, ofreció un balance al mediodía, confirmando la detención de 23 personas, 12 de las cuales portaban cócteles molotov y otras 9 tenían órdenes de arresto pendientes. Estas declaraciones subrayan la complejidad de mantener el orden público durante eventos conmemorativos de alto perfil en Chile.
La romería al Cementerio General, que debería ser una oportunidad para recordar y reflexionar sobre un capítulo oscuro de la historia chilena, fue este año empañada por desórdenes y actos de violencia. La necesidad de mantener la memoria de las víctimas vivas sigue siendo crucial, pero los sucesos de este domingo demuestran los desafíos que enfrentan las autoridades para equilibrar el respeto por la memoria histórica y la necesidad de mantener el orden público. Este evento nos recuerda que aún queda mucho por hacer para sanar las heridas del pasado y construir un futuro en el que tales actos de violencia no tengan cabida.
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