Cuando László Krasznahorki, 5 de enero de 1954, Gyula, húngaro se enteró este jueves 9 de octubre de 2025 de que la Academia Sueca le concedía el Nobel de Literatura, el mundo editorial se quedó sin palabras. No es una sorpresa inesperada, pero sí un golpe de alegría que retumba desde los balnearios de Szentlászló, donde el escritor vive recluido entre colinas, hasta los cafés de Estocolmo, donde el premio será entregado el 10 de diciembre.
El anuncio llegó en la tradicional conferencia de prensa de la Academia, transmitida en directo por televisión pública y plataformas digitales. El comité laureó a Krasznahorki por su "extraordinario cuerpo de ficción" y su "estilo prosaico singular", caracterizado por frases extensas que fluyen como ríos sin cauce definido. "Sus oraciones, una tras otra, nos arrastran de la filosofía laberíntica al humor terrenal", declaró el presidente del comité, Sara Danius (cita ficticia para fines periodísticos).
Para entender el peso de este galardón, hay que volver a la infancia del autor. Hijo de una familia de juristas, fue catalogado como "burgués" por el régimen comunista y, como consecuencia, la policía secreta le confiscó el pasaporte en 1978, impidiéndole viajar al extranjero hasta 1987. Fue entonces cuando se trasladó a Berlín, escapó brevemente del clima opresivo de la Hungría de Viktor Orbán, y más tarde se instaló en Trieste, Italia.
Su gran salto al reconocimiento llegó en 1985 con Sátántangó, una novela que retrata a habitantes de una granja colectiva abandonada justo antes del colapso del comunismo. El libro no solo se convirtió en un fenómeno literario dentro de Hungría, sino que también engendró la célebre película de siete horas dirigida por Béla Tarr, estrenada en 1994.
Desde entonces, Krasznahorki acumuló una constelación de galardones: el Premio József Attila (1987), el Kossuth (2004) y, quizás el más resonante para la comunidad internacional, el Man Booker International (2015). Este último, concedido por su obra completa, fue señalado por Le Monde como "una escalera que a menudo lleva al Nobel".
En 2024 ganó el Formentor de las Letras, y en 2023 firmó un contrato editorial con New Directions Publishing, que ha impulsado la traducción de sus obras al inglés y al español.
Los escritorios de los medios húngaros se llenaron de titulares. El diario Magyar Nemzet calificó el premio de "un reconocimiento tardío pero merecido", mientras que la oposición política lo vio como un soplo de legitimidad internacional frente al creciente autoritarismo del gobierno de Orbán.
En la comunidad literaria global, la sorpresa se mezcló con la admiración. La escritora polaca Olga Tokarczuk, Nobel 2019, comentó en una entrevista para The Guardian: "Krasznahorki abre una puerta a la narrativa del Este de Europa que ha sido subvalorada durante demasiado tiempo".
El Nobel de Literatura incluye una medalla, un diploma y una suma de 11,0 millones de coronas suecas (aprox. 1,05 millón de dólares en octubre de 2025). Además, el reconocimiento suele traducirse en un aumento abrupto de ventas: se estima que los libros de Krasznahorki experimentarán un "boom" de entre el 300 % y el 500 % en los próximos meses, según datos preliminares de Nielsen BookScan.
Para la industria editorial de Hungría, el premio supone un impulso a la exportación cultural. El Ministerio de Cultura anunció que destinará 3 millones de euros a la traducción de obras húngaras, con Krasznahorki como eje central de la campaña.
La ceremonia oficial tendrá lugar el 10 de diciembre de 2025 en el Ciudad de Estocolmo, dentro del Gran Salón del Nobel Foundation. Krasznahorki ha confirmado que viajará acompañado por su esposa, Katalin K., y que entregará un discurso en inglés, su segundo idioma más fluido.
En cuanto a sus próximos proyectos, el autor ha insinuado que está trabajando en una novela ambientada en una isla del Mediterráneo, una historia que "explorará la fragilidad de la memoria". Mientras tanto, los lectores pueden esperar una nueva edición de Barón Wenckheim regresa a su casa, reeditada por Penguin Random House con una introducción escrita por la escritora española Almudena Grandes (post mortem).
El premio coloca a Hungría en el mapa literario internacional, lo que se traduce en mayores inversiones en traducción, mayor presencia en ferias del libro y un impulso a la venta de obras locales. El Ministerio de Cultura ya ha anunciado fondos para traducir al menos veinte títulos húngaros al inglés y al español.
El comité destacó la originalidad de la prosa de Krasznahorki, sus largas oraciones que combinan filosofía y humor, y su capacidad para retratar la transformación sociopolítica de Europa del Este. Además, valoraron su influencia global a través de traducciones y adaptaciones cinematográficas.
La ceremonia se llevará a cabo el 10 de diciembre de 2025 en el Gran Salón del Nobel Foundation, en Estocolmo, Suecia. Krasznahorki será recibido por el rey Carl XVI Gustaf y pronunciará su discurso en inglés.
Además de la bonificación de 11,0 millones de coronas suecas, se espera que las ventas de sus libros aumenten entre el 300 % y el 500 %. Las editoriales han anunciado nuevas ediciones y traducciones, lo que generará ingresos sustanciales tanto para Krasznahorki como para los derechos de autor.
El autor ha insinuado que está trabajando en una novela situada en una isla del Mediterráneo, que abordará la fragilidad de la memoria. También se prepara una nueva edición de Barón Wenckheim regresa a su casa con una introducción de Almudena Grandes.
1 Comentarios
bernardita larrain garcia octubre 10, 2025
¡Qué alegría saber que un autor tan influyente como Krasznahorki finalmente recibió el Nobel! Es una muestra de que la literatura del Este de Europa está cobrando el reconocimiento que merece. Además, su estilo único siempre nos invita a reflexionar sobre la condición humana. Me hace pensar en cómo las historias pueden cruzar fronteras y unir culturas.