En la jornada 30 de la suspensiones de la LigaPro 2025, el Barcelona SC se encontró sin dos de sus piezas más fiables: Xavier Arreaga y Leonai Souza. Ambos alcanzaron la quinta tarjeta amarilla del torneo, lo que, según el reglamento, los dejó fuera del partido contra Aucas, jugado en el Monumental. La decisión cayó como una bofetada, justo cuando el club necesita sumar victorias para pelear por los primeros puestos.
Arreaga, motor del mediocampo defensivo, y Souza, referente en la zona de contención, fueron amonestados en encuentros diferentes, pero el conteo acumulado los dejó sin margen de error. La normativa de la LigaPro es clara: al cumplir cinco amarillas, el jugador cumple una suspensión automática, sin importar la importancia del próximo partido. En este caso, la sanción coincidió con un duelo que muchos consideran clave para definir el futuro del equipo en la tabla.
A esta situación se sumó la falta de Byron Castillo por motivos personales, lo que dejó al técnico Juan Andrade con un rompecabezas táctico que resolver bajo presión.
Ante la imposibilidad de contar con sus dos habituales, Andrade tuvo que buscar alternativas entre los suplentes y ajustar la filosofía de juego. La directiva apostó por una línea más compacta, con jugadores que pudieran cubrir tanto la defensa como el medio campo.
El nuevo esquema apuesta por una presión alta durante los primeros minutos, buscando sorprender al rival antes de que se asiente en el juego. La falta de Arreaga y Souza, sin embargo, deja una laguna en la gestión del ritmo y la recuperación del balón, lo que obliga al equipo a depender más de la capacidad de reacción individual.
El partido, además de ser un duelo de puntos, se convirtió en una prueba de fuego para la dirección técnica. Si el Barcelona logra adaptarse y conseguir los tres puntos, la sanción podría verse como una mera molestia; si fracasa, la ausencia de sus líderes será recordada como el punto de inflexión de su campaña.
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