Un 4-0 en la ida cambia casi todo. Palmeiras llega a la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores con un margen enorme tras su exhibición en Lima, y Universitario afronta un reto que roza lo heroico: ganar por cinco goles en São Paulo para seguir con vida. El partido va el jueves 21 de agosto de 2025 en el Allianz Parque, un estadio de 43.713 plazas que suele empujar fuerte cuando importa.
El equipo brasileño, firme en casa, tiene el pase a cuartos a tiro con un empate, una victoria o incluso perdiendo por hasta tres tantos. Universitario solo entra directo si gana por cinco. Si lo hace por cuatro, con la regla del gol de visitante ya sin efecto en torneos CONMEBOL, la llave se estira a penales. No hay atajos: el margen de error es mínimo para los peruanos.
La ida contó la historia en números claros: Palmeiras mandó el juego con un 67% de posesión y, sin bombardear, seleccionó bien sus ataques (7 remates). Universitario tiró 11 veces, pero solo una fue al arco. La distancia en eficacia pesó. Y esa distancia, con un marcador tan ancho, obliga a Universitario a arriesgar desde el primer minuto.
Alberto Ferreira no tiene pinta de regalar la iniciativa. Se espera un once fuerte pese al colchón, con su frente de ataque sostenido por la dupla que ya castigó en Lima: Flaco López y Vita Hawk. López aporta área y lectura de desmarques; Hawk, verticalidad y ruptura cuando el partido se estira. La química de ambos, potenciada por un medio que administra bien las ventajas, es el plan A para cerrar la serie sin sobresaltos.
Álvaro Gutiérrez, en cambio, debe agitar el tablero. La misión pasa por presionar alto, robar y salir rápido, con Andy Polo y Daniel Angulo como referencias para golpear a campo abierto. El riesgo es obvio: perder un duelo en banda o llegar tarde a la presión puede dejar a Palmeiras con metros para correr, el escenario que mejor le sienta en casa. El equilibrio entre agresividad y orden será el hilo fino que Universitario tendrá que caminar.
Hay, además, un contexto que aprieta: el ganador se medirá al que salga vivo del Estudiantes de La Plata vs Flamengo, y el cuadro de cuartos ya asoma nombres pesados como Vélez Sarsfield o Racing Club. Palmeiras busca su tercer título continental (campeón en 1999 y 2021); Universitario persigue una primera semifinal histórica. Dos caminos, urgencias distintas y un marcador que condiciona cada decisión.
La agenda es clara y conviene tenerla a mano porque el margen de maniobra es corto para Universitario y la ansiedad, alta para el local.
Dónde verlo en directo, según lo confirmado por los socios de transmisión:
No hay más misterio: televisión lineal para quienes prefieren la señal tradicional y plataformas para quienes van con el móvil o la tablet. En octavos, como es habitual, habrá VAR operativo.
Más allá de la pantalla, el Allianz Parque será un factor. Con la serie encarrilada, el local puede manejar ritmos, bajar pulsaciones cuando lo necesite y obligar al rival a gastar piernas persiguiendo la pelota. Ahí entra el manual de gestión de ventaja: posesiones más largas, evitar pérdidas en salida y no regalar transiciones. Lo contrario a lo que pretende Universitario, que buscará un partido caótico, vertiginoso, con muchos duelos individuales y segundas jugadas cerca del área brasileña.
¿Qué puede cambiar el guion? Un gol temprano. Si marca Palmeiras, la cuesta se vuelve pared. Si lo hace Universitario, la noche se enciende y la presión se traslada al dueño de casa durante un rato. En ese minúsculo margen emocional se apoyan los visitantes para sostener la esperanza. La eficacia a balón parado puede ser su llave: saques de esquina, faltas laterales y, sobre todo, segundas jugadas que desorganicen al bloque local.
En nombres propios, el foco está en los de arriba. Flaco López y Vita Hawk vienen de dejar huella en la ida y son la amenaza al espacio cuando el rival adelanta líneas. En Universitario, Polo y Angulo necesitan precisión en la primera descarga para no convertir cada recuperación en una pérdida. La distancia entre líneas será clave: si Palmeiras reduce el espacio entre mediocentros y centrales, cortará los pases verticales y obligará a Universitario a ir por fuera, donde el local suele defender mejor.
También cuenta el manejo de las faltas tácticas. Un 4-0 habilita al equipo brasileño a cortar contras lejos de su área, aun a costa de amarillas. La administración de ese límite disciplinario será parte del oficio para que el partido no se descontrole. Del otro lado, Universitario no puede permitirse tarjetas tempranas en los centrales o en el mediocentro: condicionan la agresividad en la presión, y sin agresividad no hay remontada posible.
El libreto competitivo de CONMEBOL quita el gol de visitante del cálculo y, si la serie queda empatada en el global al final de los 90, envía todo a penales. Con esa regla sobre la mesa, el camino se ve nítido: Palmeiras clasifica con cualquier resultado que no sea una derrota por cuatro; Universitario, obligado a todo o nada, viaja con la misión de forzar, como mínimo, la tanda.
Así, la noche de São Paulo se perfila como un choque de necesidades: control frente a urgencia, pausa frente a vértigo. Si el plan del local funciona, la clasificación caerá por su propio peso. Si el visitante consigue romper el ritmo, robar arriba y acertar en área rival, el fútbol hará lo que sabe: abrir una puerta que parecía cerrada. Para quienes quieran seguirlo, el cartel no tiene pérdida: Palmeiras vs Universitario, vuelta de octavos, Allianz Parque, y la promesa de 90 minutos con mucho en juego.
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