El Domingo de la Iglesia Perseguida 2025América Latina reunió a más de 18.000 iglesias en una jornada de oración y solidaridad que se celebró el 15 de junio. La iniciativa, impulsada por Puertas Abiertas América Latina, buscó poner en el foco la difícil situación de los cristianos desplazados internos a causa de la violencia religiosa.
Los datos de la Lista Mundial de la Persecución 2024 revelan que, entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023, 278.716 cristianos fueron forzados a abandonar sus hogares. Eso supone un salto del 120 % respecto al periodo anterior, una señal de alarma que ha puesto de relieve la gravedad del fenómeno.
Los países que más afectan la estadística son Nigeria, Myanmar e India, donde la combinación de conflictos armados y intolerancia religiosa ha desarraigado a miles de familias cristianas. En total, la persecución se extiende a 60 naciones, pero la respuesta coordinada en América Latina ha sido única en su magnitud.
La jornada se estructuró bajo el lema "Ora – Dona – Difunde", tres pilares que orientaron la acción de cada congregación participante. Primero, la oración colectiva buscó interceder por los desplazados; segundo, se lanzó una campaña de donaciones dirigida a financiar albergues y programas de asistencia; finalmente, se difundieron testimonios en vivo para sensibilizar a la población.
La coordinación estuvo a cargo de María Gómez, directora ejecutiva de Puertas Abiertas América Latina. En una entrevista breve, Gómez explicó que la fecha del 15 de junio se eligió estratégicamente para coincidir con el fin de semana de Cuaresma, garantizando la máxima disponibilidad de feligreses.
Los números oficiales publicados por la organización indican una participación sin precedentes: 88 550 feligreses se registraron a través de la plataforma digital, mientras que 1 771 organizaciones religiosas —incluyendo denominaciones evangélicas, católicas y pentecostales— estuvieron activas en 22 países diferentes.
Los resultados superaron en un 35 % las expectativas iniciales, lo que convierte al DIP 2025 en el mayor acto de oración coordinado a nivel continental de la historia reciente.
El presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, Cardenal Óscar Rodríguez, elogió la unidad mostrada: "Es un testimonio vivo de que la fe no se debilita ante la persecución, sino que se fortalece con la solidaridad".
Por su parte, la ONG Human Rights Watch señaló que eventos como este pueden influir en la agenda de los gobiernos latinoamericanos, impulsando legislaciones más protectoras para las minorías religiosas.
Sin embargo, no todas las voces fueron positivas. Algunos analistas críticos advirtieron que la concentración de recursos en actividades de oración podría desviar fondos de asistencia directa. Un experto en sociología de la religión, el Dr. Jorge Linares, comentó: "La intención es loable, pero la efectividad depende de cómo se canalicen las donaciones a proyectos tangibles".
El efecto inmediato del DIP 2025 se percibe en la creación de una red permanente de iglesias comprometidas. Se estableció una lista de correo regional y un portal web donde las congregaciones pueden reportar necesidades emergentes y coordinar respuestas rápidas.
María Gómez también anunció que el próximo año se planificará una segunda edición del evento, pero con un enfoque ampliado que incluya la capacitación de líderes locales en gestión de crisis humanitarias.
En términos más amplios, el aumento de la persecución religiosa ha generado presión sobre organismos internacionales para que revisen sus políticas de asilo y protección. La ONU ya ha convocado una sesión especial para evaluar los datos de la LMP 2024 y debatir posibles sanciones contra los regímenes más represivos.
El Domingo de la Iglesia Perseguida 2025 demostró que la unión de miles de comunidades puede generar una respuesta poderosa frente a la injusticia. Más allá del acto simbólico, el reto ahora es traducir esa energía en apoyos concretos para los cristianos desplazados que continúan enfrentando violencia y desarraigo.
Las congregaciones pueden adherirse a la red permanente creada por Puertas Abiertas América Latina, participar en campañas de recaudación trimestrales y ofrecer espacio físico como refugio temporal. Además, el portal web permite identificar áreas de mayor necesidad e iniciar proyectos locales de asistencia.
Según la Lista Mundial de la Persecución 2024, entre octubre 2022 y septiembre 2023 se registraron 278 716 cristianos desplazados internos, un incremento del 120 % respecto al periodo 2021‑2022. El informe señala que 60 países presentan casos, con Nigeria, Myanmar e India liderando la cifra absoluta.
Coordinar a 18 000 iglesias en 22 países exigió una plataforma digital robusta; se utilizó un sistema de registro en línea que manejó más de 100 000 accesos simultáneos. Además, se tuvo que traducir materiales de oración a ocho idiomas y sincronizar horarios para que la oración fuera simultánea en distintas zonas horarias.
Algunos países, como Colombia y México, han promulgado leyes que protegen la libertad de culto y castigan la violencia religiosa. Sin embargo, la aplicación es irregular y dependen de la presión de la sociedad civil y organismos internacionales para garantizar su cumplimiento.
Los organizadores planean ampliar la campaña "Ora – Dona – Difunde" incluyendo talleres de capacitación en gestión de crisis y reforzando la colaboración con ONGs humanitarias. También se prevé un mayor énfasis en la asistencia directa, con la meta de financiar al menos 50 albergues nuevos en la región.
1 Comentarios
María Daniela Sepulveda septiembre 30, 2025
¡Qué impresionante ver a más de 18.000 iglesias unidas en oración! Este tipo de iniciativas nos muestra el poder de la solidaridad cristiana en Latinoamérica. Cada oración, cada donación, es una luz para los hermanos desplazados. Además, la coordinación en tantos países demuestra que la fe puede trascender fronteras y barreras. ¡Sigamos apoyando y difundiendo este mensaje de esperanza!