Una sanción que complica la lista final y la fase de grupos
Iván Román vive la cara más amarga de un momento que, por juego y proyección, debía ser dulce. El defensa central de 19 años, hoy en Atlético Mineiro, quedó bajo una sombra que puede costarle el Mundial Sub-20 que Chile organizará entre el 27 de septiembre y el 19 de octubre. CONMEBOL lo sancionó con tres partidos y, si entra en la nómina definitiva, se perderá toda la fase de grupos frente a Egipto, Japón y Nueva Zelanda.
Román fue uno de los nombres propios del Sudamericano de la categoría en Venezuela, bajo la dirección de Nicolás Córdova. Rendimientos firmes, liderazgo silencioso y una madurez poco común para su edad lo empujaron a la parte alta de la lista. Pero el propio jugador contó en TNT Sports el episodio que le dio la vuelta al escenario: insultó a una persona en el acceso al vestuario y ese hecho quedó reportado por los delegados del partido. De ahí nació el castigo que hoy ordena el tablero de la Sub-20.
En su relato no hubo evasivas. Asumió el error, aunque cree que la sanción es dura para el contexto. Y, aun así, no se ha movido un centímetro de su objetivo. Pidió permiso a Atlético Mineiro para entrenar con la selección en el microciclo que arranca el lunes 23 de junio. Va a estar en vacaciones, pero quiere aprovechar cada día con el grupo. Su mensaje es claro: quiere estar en el Mundial y competir por un lugar hasta el final.
El dilema ahora está en la mesa del cuerpo técnico. La prenómina de 55, que incluye a Román y a otros nombres de peso como Damián Pizarro (Udinese), debe reducirse a 21. Y en esa reducción, la pregunta es simple y dura: ¿Chile puede cargar con una ficha que no jugará la primera fase? En torneos cortos, tres partidos son media vida. Si el plan es que llegue fresco a octavos, primero hay que llegar. Y ahí entra el equilibrio entre rendimiento inmediato y apuesta a mediano plazo.
En la interna, la evaluación es minuciosa. Román es un defensa con salida, buen juego aéreo y lectura de duelos. Además, se formó compitiendo en escenarios exigentes y ya dio el salto a Brasil. No es un comodín; es un jugador que eleva el nivel del bloque. Pero las reglas del torneo no dan margen: la sanción se cumple en partidos oficiales de la misma competencia y no se puede “pagar” con amistosos. Las opciones para reducir castigos existen en los reglamentos, pero rara vez prosperan si el informe arbitral y el de los delegados es categórico.
Todo esto ocurre con el reloj corriendo. Chile será local en Santiago, Valparaíso, Rancagua y Talca. Y la presión de jugar en casa siempre multiplica las miradas. Un comienzo firme en el grupo A es clave para ordenar el camino. Cualquier resbalón temprano complica el cruce en octavos. Prescindir del que muchos consideran uno de los centrales del futuro impone un costo, pero también lo impone llegar a la tercera fecha sin margen.
El mensaje del cuerpo técnico, por ahora, es prudente. “Hay que evaluarlo”, admiten puertas adentro. Valoran su jerarquía y su compromiso —no todos piden adelantar el regreso de vacaciones para sumarse a un microciclo—, pero no quieren decidir con la emoción. Saben que el Mundial no se gana el primer día, pero sí se puede perder con un mal arranque.
Lo que se juega Chile y quién es hoy Iván Román
Para entender por qué su caso importa tanto, hay que mirar su curva. Nacido el 12 de julio de 2006, criado en Palestino desde los cuatro años, debutó profesionalmente el 21 de enero de 2023 en un 1-1 ante Audax Italiano. En poco tiempo se volvió un proyecto serio de zaguero moderno: ordenado para cerrar espacios, rápido para corregir, limpio para empezar jugadas. El 27 de febrero de 2024 dejó un hito: convirtió con 17 años y 230 días en Copa Libertadores contra Portuguesa. Fue el goleador chileno más joven en la historia del torneo. Esa es una tarjeta de presentación que no se fabrica con marketing.
En febrero de 2025 cerró su transferencia a Atlético Mineiro hasta diciembre de 2029, un salto mayúsculo para un defensa de su edad. Debutó el 13 de abril en un 2-2 ante Vitória por el Brasileirao, un contexto que exige al límite: ritmo alto, delanteros potentes, estadios pesados. Es exactamente el tipo de escuela que valora cualquier seleccionador juvenil. Y en junio de 2025 llegó otro guiño: su primera citación a la adulta para las Eliminatorias rumbo a 2026, ante Argentina y Bolivia. No son señales sueltas; hablan de un perfil competitivo y de confianza en su crecimiento.
A partir de ahí, el impacto de su ausencia en la fase de grupos del Mundial Sub-20 no es un tema menor. Chile ha construido su idea con centrales capaces de sostener la línea lejos del arco y de activar de inmediato a los interiores. Quitas a un pieza así y obligas a mover la estructura. Toca decidir si la apuesta pasa por un reemplazo de características similares o por un ajuste de plan —por ejemplo, proteger con un mediocentro más posicional o una línea algo más baja en el inicio del torneo—.
La fotografía de grupo también pesa. Egipto, Japón y Nueva Zelanda no son clásicos rivales de Sudamérica, pero tienen patrones claros: los japoneses suelen someter por ritmo y precisión, los egipcios por físico y transiciones rápidas, y los neozelandeses por juego directo y balón parado. Un central que domine en los duelos aéreos y se oriente bien de espaldas al arco suma valor extra. Ahí es donde el nombre de Román vuelve una y otra vez a la discusión.
¿Existe margen para una salida intermedia? Sí, pero es estrecho. Chile puede inscribir a 21 y reservar el espacio para que Román entre desde octavos si el equipo avanza. El costo: jugar tres partidos sin uno de los planificados como titulares. La otra ruta es dejarlo fuera, blindar la fase de grupos con otro central, y asumir que si todo va bien echarán de menos a un zaguero que calza perfecto para los cruces. Es una decisión de gestión del riesgo.
Hay, además, un factor humano que el cuerpo técnico no pasa por alto. El propio jugador reconoció su error y cambió vacaciones por microciclo. Ese tipo de señales construye vestuario. Futbolistas jóvenes leen estos gestos: quién aprieta los dientes, quién pasa la página, quién se cuida. Y en un Mundial juvenil, donde la emocionalidad pesa, los liderazgos no siempre llevan brazalete.
En el plano reglamentario, la foto es concreta. Las suspensiones impuestas por CONMEBOL en torneos oficiales de selecciones juveniles se cumplen en los siguientes partidos oficiales de la misma categoría y competición. La federación puede presentar descargos si detecta vicios de forma o desproporción, pero, en la práctica, revertir tres fechas por un informe de delegados suele ser difícil. No es imposible, solo infrecuente. En ese contexto, el staff planifica como si Román no estuviera en la fase de grupos.
Su club, por su parte, ya dio el visto bueno para que se sume a la Roja en el microciclo. Es una señal relevante: los equipos brasileños cuidan a sus jugadores, más si tienen temporadas apretadas. Que Mineiro habilite su presencia habla de una relación sana entre club y selección, y también de que ven valor en que el chico compita al máximo nivel internacional, aunque sea con la Sub-20.
El calendario también aprieta por otro lado. El cierre de la prenómina a nómina final obliga a Córdova a radiografiar el estado de forma de cada uno. No se decide con el nombre ni con el currículum. Se decide con minutos recientes, ritmo de competencia y cómo encaja cada pieza en el plan de partido. Es decir, no solo se pregunta “¿cuán bueno es?”, sino “¿qué nos da en los 270 minutos iniciales que sí o sí debemos disputar sin margen de error?”.
Para el entorno de la selección, la discusión trae recuerdos recientes: equipos que apostaron por esperar a figuras suspendidas y se quedaron cortos antes de octavos; y otros que priorizaron la primera fase, clasificaron sin alardes y fueron de menos a más cuando recuperaron talento. No hay receta única. Lo que sí se puede medir es el costo de oportunidad: el último cupo es oro. Si se usa en alguien que no estará en cancha en los primeros tres juegos, el once y la banca deben aguantar el tirón.
Román, entretanto, se centra en lo que depende de él. Entrenar fuerte, llegar bien, competir por puesto, y sostener el nivel que lo llevó a Brasil y a la selección adulta. No es casualidad que con 17 años ya hubiera dejado huella en la Libertadores. Ese “timing” para aparecer cuando quema la pelota es justo lo que encaja en un Mundial que se juega en casa y que pone al equipo bajo lupa desde el himno.
Para Chile, el Mundial Sub-20 es una ventana de talento y también una prueba de carácter. Jugar ante su gente, en cuatro ciudades, con rivales de estilos variados, obliga a leer cada partido como si fuera un torneo distinto. A veces tocará defender bajo, otras morder arriba, y otras sostener con paciencia. En todas esas versiones del equipo, un central que ordene y gane su duelo es una garantía. Por eso la carpeta “Román” no sale del escritorio.
Más allá de la decisión final, hay aprendizajes en marcha. La anécdota que lo tiene en jaque empezó con un exabrupto camino al vestuario. Un minuto que cuesta tres partidos. En juveniles, ese tipo de errores es parte del recorrido. Lo que marca la diferencia es cómo se responde después. En su discurso no hay excusas, y en su agenda no hay vacaciones antes que la selección. Eso también pesa cuando un entrenador evalúa a quién quiere tener cerca en un torneo de presión alta.
En los próximos días, el microciclo entregará pistas. Ahí se verá cómo arma Córdova su zaga, qué variantes prueba y a quién le da los minutos de mayor fricción. También mostrará si el staff entiende que el equipo puede sostenerse sin Román tres jornadas o si detecta que el costo es demasiado alto. El corte de la lista, cuando llegue, contará la historia completa.
Qué se juega Chile con este caso, en breve:
- Equilibrar rendimiento inmediato en la fase de grupos con el potencial de un refuerzo clave para octavos.
- Definir si el último cupo se usa en un suspendido o en un jugador disponible desde el primer día.
- Proteger la idea de juego en salida y en duelos aéreos sin desarmar la estructura defensiva.
- Mantener la sintonía con el club del jugador y con el vestuario, que valora el compromiso.
El Mundial Sub-20 no espera y las listas, menos. Aun con la sanción a cuestas, Román se metió en la conversación por mérito propio. Si la Roja decide guardarle un asiento para los cruces, será porque creen que puede cambiar una serie en 90 minutos. Si no, será la fotografía cruda de un torneo que no perdona errores y obliga a elegir con cabeza fría. En cualquiera de los dos escenarios, su nombre seguirá en el radar: por presente, por proyección y porque, cuando compite, suele estar a la altura.
19 Comentarios
Sinuhe Carrasco Rojas Sikaro septiembre 6, 2025
Este chico se merece una segunda oportunidad. No es un delincuente, es un joven que cometió un error y ya lo asumió. Que entren con la selección es un gesto enorme.
Jacqueline Rodríguez septiembre 8, 2025
👏👏👏 Siempre digo que el carácter se ve en los momentos difíciles. Este chico está demostrando más liderazgo que muchos titulares. ¡Vamos Chile!
Denisse Bascuñan septiembre 9, 2025
En realidad, la sanción es justa. Pero lo que importa es que él no se rindió. Eso vale más que tres partidos. Si lo ponen en la lista, que juegue desde octavos. El equipo lo necesita.
Luis Navarro Carter septiembre 9, 2025
Oye, si lo sacan, que lo pongan en la banca. Porque si llegamos a octavos y lo necesitamos, no lo vamos a encontrar en ninguna parte. ¡No es un comodín!
Natalí Saval septiembre 11, 2025
Qué triste es ver cómo la sociedad castiga el error sin comprender el contexto. Este muchacho no es un monstruo, es un adolescente que perdió el control en un momento de frustración. ¿Y qué? ¿Debemos condenarlo por toda la vida? La educación no es represión, es guía.
Fernando Berrios septiembre 12, 2025
La disciplina en el fútbol juvenil no puede ser negociable. Si se permite que un jugador con sanción esté en la lista, se envía un mensaje erróneo a toda la generación: que las reglas son flexibles si uno es talentoso. Eso corroe el deporte desde sus cimientos. La sanción debe cumplirse íntegramente, sin excepciones.
Melissa Saurio septiembre 13, 2025
Y si en vez de sancionarlo, lo mandan a hacer terapia emocional? 🤔 O sea, ¿por qué no se le da un curso de manejo de ira en vez de tres partidos? Porque lo que necesitamos no son castigos, son soluciones. #FútbolConCorazón
PEDRO TOMAS MERINO BUSTOS septiembre 15, 2025
Esto es parte del plan de la CONMEBOL para debilitar a Chile. ¿Por qué justo ahora? ¿Por qué él? ¿Por qué no sancionan a los que hacen lo mismo en otros países? Esto es político. Están eliminando a nuestro mejor central para que no ganemos en casa. ¡No me lo trago!
Francisco Olivos septiembre 17, 2025
La tragedia del fútbol chileno no es la sanción, es la ingenuidad con la que se cree que el talento individual puede compensar la ausencia de estructura. Román es un jugador interesante, pero no es la salvación del equipo. La verdadera debilidad está en la falta de profundidad táctica del cuerpo técnico, no en la suspensión de un defensor.
Catalina Maria Celeita Rodriguez septiembre 18, 2025
Lo que más duele no es la sanción, es que todos lo usen como símbolo. Él no quiere ser un héroe ni un villano. Solo quiere jugar. Pero en Chile, todo se convierte en drama. ¿Y si lo dejamos en paz?
José Lecaros septiembre 20, 2025
Oye, pero si lo sacan, ¿quién va a marcar a los delanteros pesados de Egipto? ¿El de la U que no sabe correr? ¡No, no, no! Este chico es el único que puede hacerlo. Si lo ponen en la lista, que juegue desde el minuto 1 en octavos. ¡Pero no lo dejen afuera!
Alejandra Araya septiembre 20, 2025
¿Alguien revisó el informe arbitral? ¿Qué dice exactamente? ¿Fue un insulto verbal o una agresión física? ¿Hubo testigos independientes? Porque si esto se basa en un solo informe sin contradicción, es un procedimiento irregular. No podemos juzgar sin pruebas claras.
Fabián Opua septiembre 20, 2025
Me preocupa más que la sanción el hecho de que nadie hable del contexto. Él viene de una escuela donde la presión es brutal, de un club que lo lanzó al fútbol brasileño sin apoyo emocional. No es solo un jugador. Es un chico de 19 años que está solo en el mundo.
Oscar Sobarzo Algar septiembre 21, 2025
No entiendo por qué se complica tanto. Si el reglamento dice que se cumple en partidos oficiales, entonces se cumple. No se trata de empatía, se trata de reglas. Si lo dejan en la lista, se abre la puerta a que todos pidan excepciones. Y eso es el fin del deporte organizado.
Akemi Cluny septiembre 22, 2025
¿Sabes qué es peor que una sanción? Que la gente lo vea como víctima. No es una víctima. Es un jugador que falló, y que ahora quiere aprovechar la oportunidad. Chile no necesita lágrimas, necesita soluciones. Y si hay que elegir, que elija al que está disponible. No al que necesita un milagro.
Salva Baeza septiembre 24, 2025
La sanción, por reglamento, es válida; y su aplicación, conforme a los protocolos de la CONMEBOL, es impecable. No obstante, la decisión de incluirlo en la nómina -aunque suspendido-, constituye un acto de inteligencia táctica y de madurez institucional, pues reconoce que el valor del jugador trasciende su ausencia temporal.
Barbara Orrego septiembre 25, 2025
Oye, pero si lo sacan, se van a arrepentir. Este chico es el único que puede hacer algo en los centrales. ¡No lo dejen fuera! ¡Vamos, no sean tontos! #RománParaElMundial
Alvaro Fuentes septiembre 25, 2025
Ojo con esto: si lo ponen en la lista y no juega, se va a crear una grieta en el vestuario. Los otros van a pensar: ‘¿y yo por qué me esfuerzo si él se salta las reglas y sigue acá?’ Eso es peor que perder un partido.
MARIA HENRIQUEZ PINTO septiembre 27, 2025
Lo que me encanta de este chico es que no se escondió. Se presentó, pidió permiso, y se fue a entrenar. Eso no lo hace un santo... pero sí lo hace un hombre. Y en este fútbol lleno de egos, eso vale más que cualquier título.