Raphinha, la jugada que desató la polémica: Barcelona 3-0 Mallorca y arbitraje bajo lupa

Raphinha, la jugada que desató la polémica: Barcelona 3-0 Mallorca y arbitraje bajo lupa
por Ivan Milkovic 0 Comentarios

Raphinha, la jugada que desató la polémica: Barcelona 3-0 Mallorca y arbitraje bajo lupa

Un 3-0 con más ruido que fútbol

El Barcelona arrancó la temporada con un 3-0 solvente ante el Mallorca, pero el marcador quedó en segundo plano por una escena que dividió a medio mundo del fútbol. La entrada de Raphinha en la primera parte, dura y a destiempo según las imágenes difundidas, no tuvo castigo pese a las protestas en el césped y en el banquillo visitante. El episodio encendió a la grada y al cuerpo técnico bermellón, que encaró al brasileño camino del vestuario.

Hasta ese momento, el guion era el previsto. Raphinha abrió el partido muy pronto, a los siete minutos, con un cabezazo a centro de Lamine Yamal. El gol calmó a un Barça que dominó con balón y golpeó de nuevo al 23’, cuando Ferran Torres aprovechó un desajuste para poner el 2-0. Ese segundo tanto también trajo cola: Antonio Raíllo estaba en el suelo tras recibir un balonazo en la cabeza y el árbitro dejó seguir. La indignación del Mallorca creció a partir de ahí y terminó por explotar con dos expulsiones antes del descanso que le dejaron sin margen de reacción.

Con el rival en inferioridad, el control culé fue total. El cierre lo firmó Lamine Yamal en el añadido con un disparo precioso a la escuadra, la única postal limpia de una noche marcada por decisiones arbitrales discutidas. Futbolísticamente, el Barça fue superior; políticamente, el arbitraje se llevó el titular.

La acción de la discordia, el VAR y qué dice el reglamento

¿Era roja la entrada de Raphinha? La pregunta se repitió en platós, radios y redes. Las tomas televisivas mostraron una acción fuerte, con impacto claro, que muchos interpretaron como “juego brusco grave”, el término que utiliza la Regla 12 de la IFAB para describir una entrada que pone en peligro la integridad del adversario. En esos casos, el castigo es expulsión directa.

La clave, como casi siempre, está en el umbral. El árbitro debe valorar intensidad, dirección de la carrera, punto de contacto, uso de tacos y posibilidad real de jugar el balón. El VAR solo puede entrar si aprecia un “error claro y manifiesto” en una posible roja directa. Si el colegiado ve la jugada y la considera sancionable con falta o, incluso, sin tarjeta, el videoarbitraje no corrige a menos que el listón de error sea evidente. Ayer, ese listón no se alcanzó para la sala VOR.

El otro gran momento polémico fue el 2-0 con Raíllo en el suelo tras un golpe en la cabeza. Las directrices sobre conmoción recomiendan detener el juego ante cualquier sospecha, pero la regla también dice que el árbitro puede dejar seguir si el equipo en posesión tiene una ocasión manifiesta. Aquí chocan dos principios: el de la seguridad del jugador y el de la ventaja. Con el gol validado, el mensaje que queda es incómodo, y el enfado del Mallorca, comprensible.

El equipo bermellón terminó con nueve por dos expulsiones en el primer tiempo. Más allá de si fueron correctas una por una, el contexto –una posible roja perdonada al rival y un gol con un jugador tendido– alimentó la sensación de agravio. En partidos de alto voltaje, la coherencia en las decisiones pesa tanto como la precisión.

¿Puede haber sanción a posteriori para Raphinha? En España, el Comité de Competición solo actúa de oficio si el árbitro no vio la acción o no la describió en el acta; si fue vista y juzgada, aunque fuese con un criterio discutible, no suele haber castigo retroactivo. Habrá que esperar al acta y a si el club rival presenta alegaciones con soporte audiovisual.

El foco vuelve a apuntar al VAR. Su diseño no es para re-arbitrar partidos, sino para corregir errores groseros. Eso deja una zona gris amplia en la que entra el criterio del árbitro de campo. Cuando varias decisiones dudosas caen del mismo lado, la percepción pública es de inconsistencia, aunque cada acción tenga su explicación técnica.

Claves rápidas para entender el debate de la noche:

  • Regla 12 (IFAB): entrada con fuerza excesiva o que pone en peligro la integridad física = expulsión directa.
  • Protocolo VAR: interviene solo en errores claros y manifiestos en rojas directas, penaltis, goles y confusiones de identidad.
  • Gol con jugador en el suelo: la seguridad por posible conmoción invita a parar, pero la ventaja permite seguir. El equilibrio fue polémico.
  • Contexto competitivo: dos rojas al Mallorca en la primera parte amplificaron la sensación de doble rasero.

En lo deportivo, el Barça salió reforzado: gol tempranero, control territorial y brillo final de un Lamine Yamal cada vez más decisivo. En lo arbitral, el partido reabre un viejo melón en el fútbol español: la necesidad de explicar mejor los criterios y de sostener el mismo listón de inicio a fin. La primera jornada no suele dictar sentencias, pero sí marca el tono. Y el de anoche fue áspero.

Para el Mallorca, el desafío ahora es doble: gestionar el enfado y recuperar piezas para la próxima fecha tras las expulsiones. Para el Barcelona, más allá del triunfo, queda la tarea de limpiar el ruido en torno a una victoria que, sin polémicas, habría sido un mensaje mucho más nítido.

Ivan Milkovic

Ivan Milkovic

Soy periodista especializado en noticias y me apasiona escribir sobre la actualidad chilena. Me encanta explorar diferentes perspectivas y llevar al público información relevante. A lo largo de mi carrera, he trabajado en distintos medios siempre buscando la verdad. Considero que mi misión es informar y educar a la sociedad.

Escribir un comentario